La Carta de la Semana (22/09/2017): "ROMPER ES MUY FÁCIL"


Cualquier constructor nos lo puede confirmar: es más fácil romper que construir o restaurar. Un edificio puede tardar meses en ser construido, y a penas unas semanas en ser derribado. Lo mismo pasa con los valores y los principios. Construir la paz y la justicia social cuesta mucho tiempo y esfuerzo; derribar el edificio social puede ser hasta espontáneo. Un país o una comunidad social puede resultar la consecuencia de una larga historia, y sin embargo en pocas décadas derribarlo y generar odio y resentimiento incapacitante para la convivencia.

Hemos alcanzado una altura social que es capaz de reconocer la interrelación que existe entre los distintos países, las distintas culturas... Cada vez somos más conscientes de la interdependencia entre los continentes, en esta aldea global en la que habitamos, en la que estamos interconectándo y en la cualquier manifestación de individualismo insolidario es descrito como efecto de una comprensión incoherente de lo que somos como sociedad humana. Romper el "nosotros" es muy fácil, amparados en peculiaridades que distinguen y olvidando la gran base común de lo que somos. ¿Por qué luchar por ser distintos si nos necesitamos? ¿Qué necesidad de enfrentarnos cuando tú y yo tenemos más en común que peculiaridades que nos distingan?

Cuando falta la racionalidad surge, como la hierba del tejado, la ideología. Nos rompemos. Nos separamos y distinguimos cuando estamos pisando el mismo suelo. Como niños que no soportan ver qué vamos perdiendo la partida de ajedrez y de un loco arrebato tiramos todas las piezas por el suelo. Lo que costó ir construyendo la partida se desbarata en un instante. Perder es parte del juego. Y es más fácil romper la convivencia y las posibilidades de un plumazo.

En vísperas del 1 de octubre quiero recordar unas palabras escritas a los cristianos de Galacia por San Pablo en el siglo I: "No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni mujer; porque todos sois uno en Cristo Jesús. Y si sois de Cristo, entonces sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa".

¡Qué fácil se rompen las cosas! ¡Cómo cuesta construir la comunión!

Comentarios