La Carta de la Semana (09/06/2016): "¿HAY VIDA DESPUÉS DE LA PAU?


No lo duden. Este es el tema de estos días. La prueba de acceso a la Universidad. La PAU. Lo que ha tenido a los centros que imparten Bachillerato preocupados durante el curso y a los alumnos obsesionados por superarla. Poder acceder a la Universidad con una nota que les evite el corte imposibilitador. Superar este obstáculo se convierte en el centro de las preocupaciones de ellos y de los suyos. Y ahí están; en medio de la PAU.

Pero hay vida antes y después de la PAU.

Hemos de tener en cuenta algo que, con estas obsesiones, puede perderse de nuestra conciencia. Ni los que aprueban garantizan con ello una felicidad vital, ni los que suspenden o no alcanzan la nota deseada se verán avocados irremediablemente a la infelicidad existencial definitiva. No es así. Ojalá que cada uno alcance lo que desea, pueda estudiar lo que le gusta y para lo que posee talento, y pueda tener una vida laboral y familiar feliz. Pero no olvidemos que no todo el bien que necesita nuestro corazón se alcanza en las actas finales de estos exámenes de acceso a la universidad.

Estas últimas semanas nos han recordado en los medios de comunicación que “(…) quien no es buena persona es difícil que sea un buen profesional”. El conocimiento y la sabiduría caminan en paralelo, pero no siempre coinciden sus senderos. En los libros hay mucho, y es fundamental el conocimiento. Pero lo que alivia el ansia y el anhelo de felicidad es la sabiduría que genera el encuentro con la verdad. Esa realizad que se amasa entre buenas personas que comparten todo lo que hace a la persona mejor persona. Un esfuerzo compartido por hacer del mundo un espacio común de bien para todos. Esa sabiduría está antes, durante y después de la Universidad. A esa realidad se accede sin exámenes. Va por otro camino.

Al final de nuestra vida tendremos otra PAU. Una prueba misericordiosa de acceso al Único lugar pensado para nosotros por el corazón de Dios. Y en ese examen final se nos preguntará sólo por el amor que hemos gastado en el camino. Si hemos sido buenas personas. Si hemos amado a los demás como nos hemos amado a nosotros mismos. Si hemos vencido la globalización de la indiferencia mutua. Si hemos sido compasivos y misericordiosos. Si hemos trabajado por el bien común. Si hemos sido generosos y responsables con el medio ambiente y el medio humano vivido. Si hemos sido sabios. Si hemos acabado siendo sabios.

Y, entonces, descubriremos que hay Vida después de aquella PAU.

Comentarios

  1. UNO DE SUSMEJORES ARTÍCULOS, D. JUAN PEDRO. SIGO ENVIDIANDO, TU TALENTO, CAPACIDAD DE SÍNTESIS Y CLARIDAD.UN ABRAZO

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