La Carta de la Semana (12/05/2016): "LO SIENTO; NO ME DI CUENTA"


Ignorancia y desconocimiento no es lo mismo. La ignorancia es culpable; el desconocimiento no. La ignorancia habla de lo que no se sabe debiendo saberse: uno espera que un profesor de lengua sepa la regla de la acentuación de las palabras agudas. Si no lo supiera, es un ignorante. Pero quien desconoce lo que no tiene obligación de saber, no es un ignorante: solo un desconocedor. Si no soy capaz de explicar las estructuras del ADN, nadie debe considerarme un ignorante: no soy biólogo ni médico.

Llevamos varias décadas alimentando actitudes defensivas hacia los otros como si no existiera el accidente involuntario o el desconocimiento no culpable. Todo es armarnos para defendernos ante la probable amenaza por cometer alguna torpeza por la que podamos ser denunciados por otros. Protegernos de las denuncias. Y así surge la “medicina defensiva” que pretende evitar que las denuncias de pacientes insatisfechos o aprovechados. La mala praxis es como la ignorancia; pero los accidentes involuntarios ocurren también en los ámbitos sanitarios. No todo se puede prever; y así surge el seguro de responsabilidad civil. Hay que estar armados para defendernos de los errores sin culpa.

Es un poco responsabilidad de todos. Siempre tiene que haber un culpable de lo que ocurra. Nada ocurre sin culpa de alguien. Los accidentes no existen. Y, porque nos hemos olvidado de esta realidad, nuestra sociedad está cargada en su conciencia de una culpabilidad exageradamente enfermiza.

Ya no le vale al camarero con pedir disculpas cuando, sin voluntad, por un descuido involuntario, nos ha manchado la camisa; no. Le tenemos que hacer pagar la camisa y los daños producidos por haber tenido que trasladarnos a la tintorería… No tardaremos mucho en ver como los camareros suscriben un seguro de responsabilidad de daños a terceros, y al dueño del restaurante otro de responsabilidad civil subsidiaria. Porque cualquier cosa que ocurra tiene que tener un responsable que pague por ello. ¿Exageraciones? Creo que estamos de enhorabuena para las empresas aseguradoras.

Existen sucesos imprevistos que alteran la marcha normal o prevista de las cosas, y que causa daños a una persona o a una cosa, sin que en ello exista culpabilidad. De ello seremos responsables, y deberemos reparar el daño y tener más cuidado la próxima vez, pero no nos debemos sentir culpables de aquello de lo que no tenemos culpa. Los accidentes existen. Y no todo daño es culpable.

Una sociedad a la defensiva no genera personas libres.

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