La Carta de la Semana (17/03/2016): "EL DOMINGO DE RAMOS Y EL SEMINARIO"


Este domingo de Ramos será en la diócesis de Tenerife especial. Veremos a Jesús en la entrañable imagen de la “Burrita”, acompañado por niños y mayores con ramos en las manos, rememorando su entrada en Jerusalén, en vísperas de su Pasión y Muerte. Como hacemos todos los años. Como es la celebración litúrgica y piadosa del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor.

Pero este año es especial. Este año, el fin de semana de San José (19 de marzo) coincide con el Domingo de Ramos, y el Obispo ha establecido que ese domingo se realice en todas las comunidades parroquiales la colecta económica para el Seminario. Haremos memoria de la entrada a Jesús en Jerusalén a la vez que pediremos a Dios por el Seminario colaborando económicamente con él.

En la misma carta por el Día del Seminario el Obispo nos hace ver que esta coincidencia es también una oportunidad para valora el Seminario y un estímulo para colaborar especialmente con el Seminario. Jesús va a Jerusalén consciente de lo que se aproxima. Y antes de su Pasión y Muerte, el primer Jueves Santo, instituye la Eucaristía y le dice a sus apóstoles que hagan aquel gesto en su memoria hasta su vuelta. Y desde entonces, quienes han sido llamados por la Iglesia al ministerio apostólico hacen la Eucaristía hasta que Él vuelva. Los sacerdotes son ministros de la Palabra, ministros de los sacramentos y guías de la comunidad cristiana. Y en el Seminario crecen, como crecen las semillas convirtiéndose en plantas, los ministros ordenados. Cobra sentido y adecuada justificación que este año, el domingo de Ramos, nos acordemos del Seminario Diocesano.

¿Sigue habiendo seminaristas? ¿Sigue habiendo jóvenes que se planteen la posibilidad de ser sacerdotes? ¿No está eso pasado de moda?

Sí. Sigue habiendo seminaristas. Sigue habiendo valentía en el corazón de los jóvenes. Sigue habiendo generosidad para entregar la vida al servicio de los demás. Sigue habiendo quienes escuchar la invitación a dejarse enviar a reconciliar a los hombres entre sí y a la humanidad con Dios a través de la gracia y el perdón. Sigue habiendo esperanza.

Soy testigo de la alegría e ilusión de los 19 seminaristas del Seminario mayor que disciernes y se forman para ser sacerdotes. Soy testigo de la ilusión de los 25 seminaristas del Seminario menor que se construyen humanamente para poder responder a la llamada de Jesús. Soy un testigo privilegiado de la esperanza de la Iglesia que es siempre el Seminario. ¡Bendigo el que viene en el nombre del Señor! Eso gritaremos el domingo de Ramos. Y lo haremos mirando a Jesús y mirando al Seminario diocesano de Tenerife.

Comentarios

  1. Muy buena y oportuna carta,don Juan Pedro. Rezo de manera especial y a diario por esas vocaciones. Un abrazo y que Dios le guarde.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario