Nos recuerdan los expertos en antropología que, entre otras características, en ser humano es simbólico y rítmico, un ser necesitado de ritos que en su reiteración intermitente, le sirven de vínculo con el misterio de la realidad. Tiene bastante de necesidad instintiva, vinculada al ritmo biológico de un ser vivo que funciona por reacciones. Y, lo sorprendente es que tras dos o tres experiencias similares, se genera en él una necesidad de estabilidad que supone normalizado que las cosas sean siempre de la misma manera, forma y tiempo, y surge la expresión que nos sirve de título: "Siempre se ha hecho así" y, por lo tanto, siempre debe ser así...
Encendemos las luces y participamos en la noche en blanco, compramos regalos y los hacemos en Navidad, comemos juntos o, al menos, en la misma mesa, brindamos con sidra y nos deseamos un nuevo año nuevo... Siempre se ha hecho así. Como el ciclo de la vida aprendido en ciencias naturales: nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos... El ciclo de la vida. Siempre así...
Somos expertos en tradiciones. Nos cuesta cambiar; nos produce alergia aplicar novedad y creatividad, sea a la hiedra de la portada de la Plaza del Cristo o a la esquina de los patos de la Catedral. Cambiar nos parece un atentado a nuestra seguridad. Somos así...
Y cuando llegue la Semana Santa, imaginen la cantidad de veces que resuena, entre procesiones, la frase... "Siempre se ha hecho así..."
Les regalo el comienzo del número 33 de la Exhortación Apostólica del papa Francisco: "La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades (...)".
Y el que tenga oídos para oír, que oiga.
Esta primera semana de Adviento, camino de la Navidad, en la espera de la fiesta civil del Día de la Constitución y de la Fiesta litúrgica de la Inmaculada Concepción, esas dos palabras quisiera que resonaran en el corazón de todos: audacia y creatividad. Porque sólo Dios es eterno y absoluto. El resto participa de características mutables, de lo perfectible, de lo que nos exige el fiel e inteligente esfuerzo de la audacia y de la creatividad.
Juan Pedro Rivero González
Rector del Seminario.
Encendemos las luces y participamos en la noche en blanco, compramos regalos y los hacemos en Navidad, comemos juntos o, al menos, en la misma mesa, brindamos con sidra y nos deseamos un nuevo año nuevo... Siempre se ha hecho así. Como el ciclo de la vida aprendido en ciencias naturales: nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos... El ciclo de la vida. Siempre así...
Somos expertos en tradiciones. Nos cuesta cambiar; nos produce alergia aplicar novedad y creatividad, sea a la hiedra de la portada de la Plaza del Cristo o a la esquina de los patos de la Catedral. Cambiar nos parece un atentado a nuestra seguridad. Somos así...
Y cuando llegue la Semana Santa, imaginen la cantidad de veces que resuena, entre procesiones, la frase... "Siempre se ha hecho así..."
Les regalo el comienzo del número 33 de la Exhortación Apostólica del papa Francisco: "La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades (...)".
Y el que tenga oídos para oír, que oiga.
Esta primera semana de Adviento, camino de la Navidad, en la espera de la fiesta civil del Día de la Constitución y de la Fiesta litúrgica de la Inmaculada Concepción, esas dos palabras quisiera que resonaran en el corazón de todos: audacia y creatividad. Porque sólo Dios es eterno y absoluto. El resto participa de características mutables, de lo perfectible, de lo que nos exige el fiel e inteligente esfuerzo de la audacia y de la creatividad.
Juan Pedro Rivero González
Rector del Seminario.
@juanpedrorivero
Muchas gracias, don Juan Pedro por recordarnos el comienzo del núm. 33 de la sorprendente Exhortación Apostólica del Santo Padre, que tanto me ha ayudado en la oración de la tarde de hoy viernes. Trataré de recordar y poner en práctica “la audacia y la creatividad”. Aunque sin ánimo de enmendarle la plana y mucho menos al Papa, hubiera preferido “Valentía y sentido común”. Puesto que, a mi modesto modo de ver, la crisis que padecemos es de “sentido común” y por otro lado “hay mucho cobarde y cómodo” en el momento actual. De manera especial le encomendaré en la festividad de la Inmaculada, “Día de la Madre”, en nuestra familia. Con el deseo de un muy feliz y santo fin de semana –no se olvide el paraguas- Un fuerte abrazo.
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