La Carta de la Semana (07/11/2013): "AQUELLOS JÓVENES DE AYER..."


En toda época las viejas generaciones miran con sospecha a sus jóvenes contemporáneos. Los miran y se miran con todo un discurso irónico en su mirada: “Si les hubiera tocado vivir lo que nosotros vivimos…”. En circunstancias como éstas se mira desde arriba, desde el tiempo recorrido y los errores ya corregidos, olvidando, incluso involuntariamente, aquellas miradas de los mayores de ayer con el eco de la misma postura. En el fondo es envidia lo que tenemos.

Aquellos versos de Rubén Darío nos ofrecen la perspectiva de la añoranza ante su pérdida: “Juventud, divino tesoro, / ¡ya te vas para no volver! / Cuando quiero llorar, no lloro... / y a veces lloro sin querer...”. De ellos me quedo con la hermosa expresión que califica a la juventud de “tesoro divino”.

Estos son los jóvenes de hoy: un tesoro divino. Criticables, pero críticos; inevitablemente inmaduros, pero sufriendo las consecuencias de un sistema construido por el egoísta individualismo, pendiente exclusivamente del provecho y la satisfacción, elaborado por los jóvenes de ayer, responsables en el momento presente. No nos podemos olvidar de ofrecerles el lugar que les corresponde y de dejarnos interpelar por su grito -no siempre silencioso- que, en no pocos momentos, es un verdadero juicio social.

Los jóvenes de ayer, sí; nosotros, quienes nos hemos despistado y olvidado que Dios se identifica con cuanto tiene futuro y habita una pasión desbordante por el presente. Nosotros, a quienes ya no nos ilusiona nada, ni esperamos nada, ni anhelamos nada distinto de un partido interminable de fútbol inhibidor. Nos quejamos del WhatsApp, pero lo regalamos para que nos dejen en nuestra paz de sillón. Envidia es lo que hay; cómoda envidia de desilusión y desesperanza, de viejo, que no de anciano.

El sábado próximo, en Güimar, en la Plaza de San Pedro, si tienes interés por conocer a los adultos de mañana, ve y contempla a los jóvenes de hoy. Ni todo está perdido, ni tiene de cerrar la puerta el último adulto al salir.

Un encuentro de jóvenes, gracias a Dios.

Juan Pedro Rivero González
Rector del Seminario.
@juanpedrorivero

Comentarios

  1. "Aquellos jóvenes de ayer"...eran más o menos como los de hoy, ¡jóvenes! -un servidor era de "aquellos"- Con menos medios porque era otra época, con menos presión mediática, con menos "adulación", pero, como otros muchos en la actualidad, con una ¡gran ilusión unas veces acertada! otras no tanto, ganas de vivir y de saltar obstáculos...La mayoría somos padres de esta nueva generación a los que hemos intentado, darle lo mejor de nosotros mismos, para que fueran libres y responsables. En cierto modo, a los mayores o viejos -no tengo complejo porque me llamen "viejo"- debemos pasar a un discreto segundo plano y dar paso a los más jóvenes, sin formar comparsa de aduladores con la juventud o el INSERSO -porque cada edad tiene su encanto; pero, a la vez su responsabilidad social, de la que no debemos desertar-
    por lo tanto, no podemos tolerar lo intolerable, ser ejemplo a seguir para nuestros jóvenes. ¡Y no callarnos nunca ante la hipocresía y la injusticia!! Y decirles: el próximo domingo en Güimar es una buena ocasión, para ello, que "la juventud vital, es algo que con el tiempo pasa" por lo tanto que aprovechen el tiempo, para entregar lo mejor de ellos mismos darse a Dios y a los demás, porque da un cierto nivel de felicidad. El articulo fenomenal. Muchas gracias, muy feliz y santo fin de semana. Encomiendo de corazón el encuentro de jóvenes. Aunque esto hay que hacerlo ¡todos los días!

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