Cuando comienzo a escribir esta aportación a la prensa, el líder sudafricano Nelson Mandela está, en palabras precisas de su equipo médico, en “estado crítico”. Sus noventa y cuatro años, su sufrida salud, y una infección respiratoria han iniciado un fallo multiorgánico. Las circunstancias son las que son y es natural, y hasta esperable, la gravedad de su situación.
Pero lo que me llamó la atención es el comunicado del Congreso Nacional Africano al respecto: “Sigamos teniendo en nuestros pensamientos y en nuestras plegarias al Presidente Mandela, a su familia y al equipo médico”.
Unos representantes políticos, de un pueblo democrático, ante una dificultad especial, invitan al pueblo a la plegaria, a la oración.
Sí, esto me ha llamado la atención. Me parece muy significativo que no olvidemos la importancia de “la plegaria en la dificultad y de la acción de gracias en el gozo”, como nos recuerda la liturgia.
Hemos superado, gracias a Dios, épocas en las que la fe se proponía a fuerza y martillo. Y no, la fe es la apertura personal del hombre al misterio de Dios. Y, como todo lo verdaderamente humano, es una apertura consciente y libre, razonable y voluntaria. Bienvenidos sean siempre los tiempos de la libertad para creer.
Pedir la plegaria de los amigos, de la gente que te quiere, es un acto de confianza tanto en Dios como en los demás. “Reza por mí” me han dicho tantas veces tanta gente… Y entiendo su valor y su importancia. Pero descubrir a un pueblo, que sabe del sabor que tiene el sufrimiento y del olor de la libertad ganada desde la reconciliación social, invitado a la plegaria por su líder en situación de grave enfermedad, me recuerda la grandeza de lo humano.
Por eso, esta carta semanal, quiere ser una “plegaria” por Nelson Mandela.
Juan Pedro Rivero González.
Rector del Seminario. @juanpedrorivero
Pero lo que me llamó la atención es el comunicado del Congreso Nacional Africano al respecto: “Sigamos teniendo en nuestros pensamientos y en nuestras plegarias al Presidente Mandela, a su familia y al equipo médico”.
Unos representantes políticos, de un pueblo democrático, ante una dificultad especial, invitan al pueblo a la plegaria, a la oración.
Sí, esto me ha llamado la atención. Me parece muy significativo que no olvidemos la importancia de “la plegaria en la dificultad y de la acción de gracias en el gozo”, como nos recuerda la liturgia.
Hemos superado, gracias a Dios, épocas en las que la fe se proponía a fuerza y martillo. Y no, la fe es la apertura personal del hombre al misterio de Dios. Y, como todo lo verdaderamente humano, es una apertura consciente y libre, razonable y voluntaria. Bienvenidos sean siempre los tiempos de la libertad para creer.
Pedir la plegaria de los amigos, de la gente que te quiere, es un acto de confianza tanto en Dios como en los demás. “Reza por mí” me han dicho tantas veces tanta gente… Y entiendo su valor y su importancia. Pero descubrir a un pueblo, que sabe del sabor que tiene el sufrimiento y del olor de la libertad ganada desde la reconciliación social, invitado a la plegaria por su líder en situación de grave enfermedad, me recuerda la grandeza de lo humano.
Por eso, esta carta semanal, quiere ser una “plegaria” por Nelson Mandela.
Juan Pedro Rivero González.
Rector del Seminario. @juanpedrorivero
¡Impresionarte!Don Juan Pedro, La plegaria y la acción de gracias. Encomiendo a Nelson Madela y a su pueblo. Corto
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