Agustín Domingo Moratalla: "El valor formativo de la música"


Pocos días después de la muerte del cantautor francés de origen griego Gorges Moustaki se han reunido en la UIMP de Valencia un grupo de músicos, profesores y periodistas para analizar el impacto del rock en el cine y la cultura contemporánea. Hoy termina este encuentro y el primer día asistimos a un coloquio entre José Luis Pardo y Santiago Auserón. El primero, conocido filósofo y ensayista, conversó con el segundo, también filósofo y estrella de la movida madrileña, sobre la relación entre el mundo de la música y la historia de la filosofía.

El intercambio de opiniones que se mantuvo no derivó en cuestiones anecdóticas sobre el papel de la música para integrar dentro de la sociedad lo que acontece en sus márgenes. Tampoco derivó en cuestiones gregarias relacionadas con la mercantilización o industrialización en la que caen ciertos músicos que empiezan siendo críticos con el sistema y terminan devorados por él. En un momento de la conversación apareció la necesidad de recuperar el valor formativo de la música. Ahora bien, quien conozca las letras de la movida madrileña o recuerde las composiciones de Siniestro total, se instalará en la perplejidad y la sorpresa: ¿cómo es posible que estos músicos y grupos se pregunten por el valor formativo de la música?

Perplejidad y sorpresa porque la pregunta se hace ahora, tres décadas después de que los músicos y grupos analizan con canas y perspectiva la música que hicieron. ¿Permitirían hoy que sus hijos o sobrinos utilizaran los trasteros, el garaje o cualquier habitación de la casa para ponerla patas arriba instalando las baterías o los teclados que ellos utilizaron?. Seguro que no se mostrarían displicentes con el tipo de vida que ellos llevaron y los destrozos generacionales que provocaron. Precisamente ahora son capaces de ver con perspectiva el significado, sentido y alcance de lo que aquél tipo de música supuso para aquella sociedad irresponsablemente reactiva y aquella generación alternativa, contracultural y rompedora.

En la conversación apareció la obra de Trías y muchos de nosotros recordamos también al maestro Alfonso López Quintás. Figuras que insisten en el valor que tiene la música para desensimismarnos y ayudar a pensar, sentir o actuar de manera relacional. Nos mostraron que la música permite otorgar su justo valor al silencio y la palabra, flexibiliza nuestra mente y, sobre todo, nos ayuda a descentrarnos convivencialmente.
 
Agustín DOMINGO MORATALLA Para el viernes 31 de Mayo de 2013, en LAS PROVINCIAS. GRUPO VOCENTO

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