Pidamos un fuerte aplauso, sonoro y sincero, para esa realidad humana, rigurosa y metodológica, gracias a la que se ha transformado la vida de las personas, gracias a la que se han superados obstáculos y problemas en el campo de las comunicaciones, de la salud, de la producción de la energía, etc., que conocemos con el nombre de "la ciencia". Es, sin duda, la máxima expresión de la conciencia racional de la humanidad. La ciencia es buena; es más, es muy buena. Nada sería igual en la historia de la humanidad sin el nacimiento, desarrollo y aplicaciones técnicas de la ciencia. Verdaderamente se merece un aplauso de reconocimiento que le conceda, en las políticas sociales y públicas, el adecuado reconocimiento y la conveniente inversión. La Cátedra "Pedro Bencomo" de la ULL dedicará la próxima semana, del 22 al 26 de abril, a generar este aplauso en el XXII Congreso Internacional "Diálogo Fe-Cultura" con una temática vinculada al 200 aniversario de la muerte de José de Viera y Clavijo. Hacen falta espacios que nos ayuden a valorar la dimensión humanizadora del conocimiento científico, a reconocer su importancia, a subrayar su necesario diálogo con la sociedad. Lo que no se conoce no se ama ni se promueve. Conozcamos la ciencia, valoremos la ciencia, aplaudamos a la ciencia.
Los creyentes sabemos que la ciencia no es enemiga de Dios, ni de la salvación. La ciencia ni garantiza ni excluye, siguiendo con honestidad su método, la fe. Pero sin la ciencia y su desarrollo, nuestra fe sería más pobre, menos libre de apegos fideistas o fanatizastes.
Un aplauso fuerte a la ciencia, unido al que la Universidad de La Laguna y el Instituto Superior de Teología darán esta próxima semana. Se lo merece.
Juan Pedro Rivero Gonzáles. Rector del Seminario. @juanpedrorivero
Comentarios
Publicar un comentario