La Carta de la Semana: "El diálogo"


“No hay peor ciego que el que no quiere ver”, resuena en la sabiduría popular de nuestra tierra cuando alguien rebosa testarudez o incapacidad para escuchar el consejo ajeno. Pudiéramos decir, también, que no hay peor sordo que el que no quiere oír… Querer oír es necesario, sin duda, para que se dé el diálogo. Querer ver y querer oír.

Qué necesitada está nuestra sociedad de personas dialogantes, capaces de escuchar la perspectiva del otro, de ponerse en su lugar, de hacer aportaciones desde las propias certezas abiertas a dejarse interpelar por las certezas ajenas. Qué harta está nuestra sociedad de todo tipo de monólogos que nos bombardean desde los estrados, desde las cátedras, desde los medios de comunicación… Todos pretenden la razón y la verdad mirando por encima del hombro las razones diferentes, tal vez por el mero hecho de ser diferentes.

Una sociedad justa y progresista de verdad nos necesita a todos en actitud de diálogo. El bien común no se construirá desde los monólogos, por muchos que sean y muy alto que resuenen. Esta semana se viene celebrando en la Universidad de La Laguna, organizado por la Cátedra Pedro Bencomo, el XXIIº Congreso Internacional “Diálogo Fe-Cultura”. Y quiero compartir la dicha que ha supuesto contemplar a personas diferentes, con posturas diferentes, de disciplinas académicas diferentes, con experiencias religiosas deferentes, ponerse a oír y a ver a los diferentes, aportando desde las propias certezas y escuchando las certezas ajenas. Todo un regalo para la sociedad.

Y, además, dialogando sobre un tema del que, ordinariamente, solemos prescindir pidiendo una comida en paz: “De política y de religión se prohíbe hablar en la mesa”. Una semana de diálogo sobre “Dios y la Ciencia”. No sólo es posible el diálogo. Es necesario el diálogo. Es el camino de una sociedad en paz y comprometida con el bien común. “No hay mayor belleza que la que produce querer ver y querer oír”.

Juan Pedro Rivero González. Rector del Seminario. @juanpedrorivero

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