Contigo por el Camino…



A quienes solemos ir a misa nos suena ese estribillo. Es una forma muy popular de terminar la celebración recordando a la Madre de Jesús, que va con nosotros por el camino; siempre. Mientras recorres la vida, tú nunca solo estás…

Es recurrente la apelación al camino, a la vía, al itinerario, a la peregrinación, etc., para hacer referencia a la vida de las personas. Un comino que comienza al nacer y que tiene la muerte como meta. Si creemos en la resurrección de la carne y en la vida eterna, una meta volante. Meta al fin.

La experiencia de la vocación consagrada o sacerdotal es también referida, con frecuencia, a la experiencia del camino. Un camino de discernimiento y de formación. Sal de tu tierra escuchó Abraham, y vete a la tierra que te mostraré. Cuarenta años de camino por el desierto fue preámbulo de la entrada en la tierra de la promesa para el pueblo hebreo. Camino y desierto.

Ven y sígueme, fue la invitación de Jesús. Seguirle por el camino. Andar tras sus huellas. Y al final, antes de su glorificación, mirando a los apóstoles, les dijo: Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio… Id, caminad…

La Iglesia es, por tanto, peregrina. Los discípulos de Jesús, han de andar, han de estar disponibles para el camino; han de mostrar el camino.

Madre de la Iglesia, Virgen peregrina; bajo tu protección de madre pongo hoy a los seminaristas de Tenerife, peregrinos en estas islas de Canarias. Guía tú sus pasos. Que al caminar estos días por los caminos de La Palma, experimenten la alegría de servir a Jesús amando como Él nos ama hasta la entrega de la vida. Ayúdales a ser compañeros de camino de tu Hijo y, con Él, verdaderos adoradores en espíritu y verdad. Amén.

@juanpedrorivero

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