Prevenir antes que… divorciarse

"Más vale prevenir, que curar", es otra forma de utilizar el refranero en el mismo sentido. Cuanto daño se puede evitar si fuéramos previsores, cuidáramos el camino, manejáramos las crisis como ocasiones... 

Fuente: Laura Peraita - ABC Familia, 17 de febrero 2012. 

La proporción de rupturas familiares definitivas respecto a las separaciones se ha incrementado en un 260% durante la última década, sobre todo después de la introducción del ‘divorcio exprés’ en 2005. Según datos del INE, el número de divorcios ha pasado de menos de 40.000 en 2001 a casi 103.000 en 2010. Más datos. Más del 50% de los divorciados en 2010 tenían hijos menores o mayores dependientes lo que, según apuntan los expertos en materia familiar, tiene unos efectos negativos que perduran a lo largo de toda su vida, además de costes elevados en términos de asistencia social y sanitaria.
Desde The Family Watch han mostrado preocupación por estos datos que evolucionan con una tendencia creciente y manifiestan la ineficacia de las soluciones ofrecidas actualmente a los cónyuges con problemas puesto que se basan, principalmente, en facilitar la ruptura definitiva como única salida. Por ello, durante la celebración del seminario de mediación ‘Mecanismos de prevención frente a las crisis familiares’, los expertos allí reunidos solicitaron la necesidad de diseñar soluciones mejores y más imaginativas que permitan a las familias hacer frente a las crisis que atraviesan.
Para evitar que el divorcio sea fruto de un “calentón” en una discusión de pareja, desde esta organización proponen la implicación del plazo previo de reflexión para los casos de ruptura matrimonial. “Con mayor tiempo podrán reflexionar y madurar su situación, —apunta Ignacio Socías, director de The Family Watch—”. Aunque Socías reconoce que la mayoría de las comunidades autónomas o corporaciones locales cuentan con servicios de mediación, “éstos no se centran en la prevención de los conflictos, sino más bien en ofrecer soluciones cuando el problema ya esta encima de la mesa y que, en la mayoría de los casos, termina en ruptura familiar. Por ello hay que darles las herramientas adecuadas. Nadie se casa para divorciarse”, matiza.

Principales mecanismos de prevención

1. Establecimiento de un periodo de reflexión previo al divorcio que permita a los miembros de la pareja acudir a mecanismos preventivos de orientación y mediación.
2. Recuperar el ámbito objetivo de la mediación familiar, de forma que sea un mecanismo realmente neutral e integral que incluya, por lo tanto, todas las opciones de que pueden disponer los cónyuges para hacer frente a la crisis, incluida la deseable reconciliación.
3. Fomentar entidades de mediación y asesoramiento a los cónyuges durante el periodo de reflexión, así como garantizar la existencia de un número suficiente de mediadores familiares solidamente formados, cuya actuación este abierta tanto a la reconciliación como a la adecuada gestión de la ruptura definitiva.
4. Es preciso ofrecer a los futuros cónyuges unos mecanismos previos de formación para ayudarles desde el primer momento de su matrimonio a hacer frente a las eventuales crisis que puedan surgir.

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