MUJER Y MADRE

Queridos amigos:

¿Cómo no dejar que el Canario que habita debajo de mi piel salga hoy? Sí, salga afuera y teclee, con seseante voz, el orgullo de tener como Patrona de estas Islas benditas del Atlántico, a la gran Mujer y Madre que es la Virgen de Candelaria. Mujer y Madre. Hija de Sión y Sagrario de nuestra Salvación. Mujer, mujer; de cuerpo entero, de alma grande y llena del Misterio de Dios. Y dejar sonar el grito de los peregrinos, por montes o costas, de todos los pueblos y rincones, que derraman piadosos, desde la fe sencilla, un “Viva la Virgen de Candelaria”.
¿Como no dejar que el hijo que habita debajo de mi piel salga hoy? Sí, salga afuera y reconozca orgulloso que la vida que vive es un don que atraviesa la vida de una mujer y madre. Y agradecer a Dios que haya mujeres, mujeres, de alma grande y generosa opción, ofreciendo a la historia el mejor de los bienes sociales: un hijo, una hija, una familia. Agradecidos debemos estar todos de poder ser definidos en lo humano como “hijos de una mujer”. Y dejar sonar el grito ancestral, con agradecido reconocimiento, desde lo hondo de la garganta, proclamando un “viva la madre que me trajo al mundo”.
Mujer; a ti te escribo. A ti que eres madre o no, que eres esposa o no, que eres creyente o no. A ti te escribo, como Canario y como hijo de una mujer. A ti te digo hoy que te sientas orgullosa de ser. Que te sientas dichosa de tu condición de mujer. Que agradezcas a Dios ser mujer. Y si Dios te ha dado la ocasión de serlo, agradece ser el tesoro de nuestra sociedad al decorar tu vida en tu doble condición de mujer y madre.


Con afecto, y como siempre, un amigo

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