El Señor está cerca del corazón roto (III)

ENFRENTADO A LA DECISIÓN DE SEPARAR
Yo ahora a tu lado y tratar de razonar con usted sobre los muchos pasos y muchos juicios que han llevado a cancelar su experiencia matrimonial.
Sólo puedo tratar de imaginar que antes de esta decisión han experimentado días y días de lucha a vivir juntos, nerviosismo, impaciencia y la intolerancia, la desconfianza mutua, a veces incluso una falta de transparencia, un sentido de traición, la decepción de alguien que era diferente de la forma en que se conocía al principio.
Estas experiencias, y repetido al día, terminará haciendo de la casa ya no un lugar de sufrimiento y alegría, pero una gran jaula que parece llevar la paz del corazón.
Se termina con la voz, tal vez con falta de respeto, imposible encontrar cualquier armonía.
Se siente que ya no pueden seguir viviendo juntos.
No, la decisión de rescindir el contrato de matrimonio no puede ser nunca una decisión fácil y sin dolor! Cuando la joven salir, poner el corazón una herida que marca más o menos grave, su vida, la de sus hijos y todos los amantes de ellos (padres, hermanos, parientes, amigos).

Su herida de la Iglesia lo entiende.
La Iglesia sabe que a veces no sólo legal, sino que puede incluso ser inevitable tomar la decisión de la separación: para defender la dignidad de las personas, para evitar el trauma más profundo, para preservar la grandeza del matrimonio, que no podrá ser un'insostenibile drawbench mutuo de amargura.

NO A LA REVISIÓN
Antes de tomar una decisión es importante, tan grave, no ganar la renuncia y el deseo de cerrar esta página es demasiado rápido.
La separación se convierte en lugar de la ocasión para mirar con más objetividad y tal vez más serena vida conyugal. No es apropiado - nos enseña un sabio principio de la vida espiritual - tomar las decisiones finales, cuando nuestra alma es sacudida por tormentas o inquietudes.
No es seguro que todo estaba perdido: hay incluso la energía para comprender lo que ha sucedido en sus vidas como pareja y la familia, tal vez puede que aún la quiera elegir y buscar ayuda sabio y competente para iniciar una nueva etapa de la vida juntos o, quizás, hay espacio para el reconocimiento honesto de las responsabilidades que han puesto en duda el pacto de amor y dedicación concluyó con la boda.
Siempre hay responsabilidades. Y aunque, a menudo, de buena gana en el medio ambiente, a la sociedad, para el caso, de hecho sabemos que hay también nuestra responsabilidad.
Aunque no, incluso si el original de los asientos sin malicia, pero sólo superficialmente, hay gestos, palabras, hábitos y decisiones que se pesa y se le da un resultado determinado de la vida en dos.
¿Cuántos cónyuges se sienten solos y se sienten como una injusticia sufrida: "No tengo la culpa! Yo no quería! He hecho todo lo posible".


                             CONTINUARÁ....

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