“PARA SERVIR”. No puedo menos que recordar otro lema reciente de otro obispo Nivariense -Don Damián Iguacen- que también deseaba ser “EL ÚLTIMO DE TODOS Y EL SERVIDOR DE TODOS”. No puedo recordar al viejo obispo al leer en el saludo que nos dirige el obispo electo Don Eloy las palabras: “(…) la tarea que tenemos delante de nosotros es un gran desafío, ciertamente, ahora como antes, (…), pero un desafío apasionante que exige de todos nosotros, laicos, consagrados y sacerdotes que nos abramos a la acción del Espíritu (…)”. Recuerdo, pues, a Don Damián por ambos motivos: por el espíritu de servicio y por la llamada a la ilusión espiritual. La esperanza es la virtud que da sentido a la fe y a la caridad. ¿Cómo no creer a quien sabe dar la alegría plena a nuestra vida y nos enseña a amar sabiendo que hacerlo tiene sentido?
Bienvenido quien desea venir a mostrarnos el camino del servicio haciéndolo. Especialmente al servicio de la comunión y de la misión. La mirada no la debemos dirigir al pasado, por muy noble y grande que haya sido, sino al futuro. Peregrinar en la esperanza -Jubileo del 2025- nos exige tener una mirada esperanzada que mira hacia donde apunta la promesa. Por delante está el objeto de la llamada y la complejidad de la misión. Y anhelamos vernos renovados y rejuvenecidos en el Señor que nos convoca a esta misión compartida de poner el Evangelio sobre la mesa de la humanidad. Sirvan estas pocas letras para dar la bienvenida y merecida acogida al nuevo Obispo de San Cristóbal de La Laguna.
El servicio que debemos prestar lo hemos de hacer sin miedo. Servicio y miedo no cohabitan bien. Me gusta la frase de Benedicto XVI durante su Visita Pastoral a Palermo, en la homilía de la Celebración de la Misa en el Foro Itálico de Palermo, el 3 de octubre de 2010: "Quien cree en Dios, quien tiene el valor de vivir la fe, no tiene miedo de servir". Escuchar que alguien desea ponerse al servicio me habla de la valentía. De fuerza y ánimo, de arrojo y empuje. Y en tiempos de “desierto espiritual” externo e interno, cierto nivel de valentía es preciso.
De alguna manera nos anima a todos a asumir ese gesto de necesaria valentía y preguntarnos por lo que estamos generando con nuestra vida en la sociedad. Como decía Martin Luther King Jr. "La pregunta más persistente y urgente es: ¿Qué estás haciendo por los demás?". Lo que hemos recibido no se puede quedar encerrado en nosotros. No podemos contentarnos con referir a nosotros la realidad sin más: hemos de dejar que esta de de sí siempre más.
Superando el miedo y sembrando la alegría. De eso se trata el servicio que estamos llamados a prestar. Para el Papa Francisco, la evangelización es en sí misma un acto de servicio. Llevar la alegría del Evangelio a los demás es una forma de ofrecerles la esperanza y la salvación. Este podríamos decir que es el resumen de la Encíclica Evangelii Gaudium. "Prefiero una Iglesia accidentada, herida y sucia por haber salido a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. Mas de la iglesia en salida, que de la iglesia que se queda estática." (Evangelii Gaudium, 49)
Bienvenido Don Eloy.
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