
Ayer me preguntaba cómo se puede alcanzar esa estatura sin que el amor se desgaste y la ternura se apague. Lo que hace posible ese aparente milagro no es sólo el carácter de las personas, como si no tuvieran responsabilidad personal en ello y se tratase como del color de los ojos o la calvicie. Ellos son así, porque les tocó en suerte ser así… No creo que sea tan fácil y simple la justificación. Porque incluso el carácter es heredero de nuestras decisiones y modificable por nuestra forma de vida. Son así, además de por sus componentes genéticos, porque han decidido vivir así. Y esa decisión, cocinada a fuego lento, hoy es testimonio digno de ser reconocido.
Ellos son así, porque han querido ser así; y esa decisión ha sido buena decisión.
Los valores que se esconden a simple vista deben ser explicitados. Porque si todo anciano es una biblioteca, y cuando fallece un anciano ésta se incendia y se pierde, hace falta digitalizar la memoria para que las cenizas del incendio no arrastre aquellos bienes de los que debemos ser herederos. Y mirar con reverente espíritu lo que se esconde detrás de esa forma de vida.
Considerar al otro como objeto merecedor de nuestro aprecio y preocupación. Ser siempre acogedor sabiendo que el bien ajeno es el objetivo. Ser tan discretos como respetuosos con las decisiones ajenas. Predicar más con el ejemplo que con innecesarios discursos y consejos. Actuar con afecto y acogida. Tener paciencia y ocuparse de las cosas sin preocuparse por ellas. Preguntar, felicitar, interesarse por los demás. Saber jugar como niño, llorar como adolescente y abrazar como adulto. Siempre, sin jamás dejar de tener el en recuerdo el bien que otros nos hacen.
Y así, sin decirlo mucho, convertirse juntos en un evangelio viviente.
Artículo entrañable, D. Juan Pedro.¡Que suerte poder tener una "Tía Así" son personas sabias, con sabiduría de corazón y enciclopedias sobre el "saber de la vida" Muchas gracias: Feliz y santo fin de semana. Un abrazo
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