La Carta de la Semana (14/11/2014): "UN MUNDO SIN MUROS"


Acabamos de celebrar las bodas de plata de la unión de las dos Alemania, con el acontecimiento mediático de la caída del Muro de Berlín el año 1989, símbolo de un mundo dividido en posturas contradictorias e irreconciliables, enfrentados hasta la muerte en guerras europeas que fueron calificadas de mundiales. Dos mundos separados por un muro.

Muros, verjas, fosos, zonas sembradas de minas, fronteras que separan y distancian orillas entre los hombres. Se levantan muros entre pueblos como si los seres humanos de ambas zonas no fueran igualmente personas. Ideologías que distancian, posturas políticas que separan. ¡Qué lejos estamos de una situación mundial verdaderamente humana!

Es cierto que cada pueblo, cada comunidad, cada sociedad humana genera una experiencia cultural distinta que hemos de reconocer, y valorar. Pero ese reconocimiento no necesita muros. Todo lo contrario, necesita puentes de contacto que posibiliten el enriquecimiento mutuo.

Hay una experiencia cercana -en medio de la que nos encontramos hoy- que puede ayudarnos a valorar el equilibrio entre lo universal y lo particular, entre lo que no puede tener muros y los ámbitos de cercanía que construyen la vida común. Me refiero, en concreto, a lo que los cristianos hemos celebrado el domingo pasado y lo que celebraremos el domingo próximo: la fiesta de la Catedral de Roma -San Juan de Letrán- signo del vínculo universal de todos los discípulos de Jesús, y la fiesta de la Iglesia diocesana, porción del pueblo de Dios que peregrina es estas cuatro islas occidentales de nuestro Archipiélago. Lo grande y lo pequeño, en equilibrio enriquecedor.

Nos hay dos Iglesias. Sólo hay una. Y es universal y particular, a la vez y en comunión. 

No hay dos mundos. Sólo hay uno. Y no necesita muros; precisa muchos puentes. Y merece que nos tomemos en serio que hay derechos que son humanos. La Iglesia está en medio del mundo como “sacramento” -señal eficaz- de salvación. Un rebaño; un pastor...

Comentarios

  1. Muy buena y entrañable carta, D. Juan Pedro, para meditar: "Tender puentes..." y pedir por la santidad de sacerdotes de nuestras islas. Mil gracias y un abrazo

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