La Carta de la Semana (06/08/2014); "ESCONDIDOS"


¿Quién son los cocineros de los restaurantes que visitamos? ¿Quiénes son los agricultores de lo los productos que adquirimos en el mercado? ¿Quiénes son las personas que limpian los baños públicos que usamos? ¿Quién fabrica el pan que comemos? ¿O a quién le debemos el análisis de los niveles de cloro del agua que bebemos?

He recordado recientemente una imagen, tan provocadora como cierta, que nos propuso hace unos años monseñor Iguacen. Nos preguntaba en relación a la Catedral: ¿Es posible esta fachada sin los cimientos? Y los cimientos están ocultos, están escondidos a la mirada de los viandantes. Así es la vida…

De ordinario, lo vital está escondido a la mirada de los viandantes. Lo fundamental está ausente en el revistero rosa o amarillo. Aquellos que sostienen la vida económica de una sociedad, de ordinario, no acompañan a los líderes en las visitas institucionales a los países. Hay mucha gente escondida. Y su importancia es esencial, vital, fundamental.

La historia que estudiamos tiene nombres y fechas significadas: Son el reto del estudiante y su memoria. ¿Cómo se llamaban los maestros que tuvo en la infancia Napoleón? ¿Cómo se llamaba el director espiritual que tuvo Santo Tomás en el noviciado? ¿Qué le decía, de niña, su abuela a la Madre Teresa de Calcuta? ¿Quién le enseñó a hablar alemán a Carlos V? ¡Cuánta riqueza escondida en la historia de la humanidad!

Estos días concluyo una tanda de ejercicios espirituales a las religiosas del monasterio de Santa Catalina de Siena en La Laguna. Los turistas sólo se llevarán en sus cámaras recuerdos, en imágenes, de las hermosas vistas del monasterio desde la Plaza del Adelantado o, si acaso, una instantánea de la iglesia del convento. Pero detrás de esos gruesos e históricos muros, “escondidas con Cristo en Dios”, vive un grupo de mujeres dedicadas a la oración. Rezan por quienes no lo hacemos o lo hacemos insuficientemente. Sostienen, por vacación, la vida de la Iglesia estando escondidas.

Permítanme esta carta como elogio a todas las personas que nos son vitales, construyen el bien común y sostienen la historia, siendo los cimientos de las bellas catedrales de la sociedad.

Un aplauso a los hombros escondidos…

@juanpedrorivero

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