Hoy quiero detenerme en una palabra que nos asusta: fracaso. Suele sonar a final, a pérdida… pero cuando la miramos despacio, como en esta infografía que propongo como imagen, descubrimos que dentro de ella se esconde un camino. El fracaso empieza con una caída, sí…, pero esa caída nos lleva a la humildad, ese lugar donde comienza la verdad. Después viene el reconocer, el comprender, y poco a poco el aprender. Y en ese avanzar, cada paso nos transforma. La imagen lo muestra con ternura: una pequeña figura que tropieza, se levanta, piensa, se ilumina… hasta que finalmente aparece una mariposa. La mariposa es símbolo de lo que el fracaso puede hacer: convertir lo roto en nuevo, lo oscuro en luz. Por eso, espiritualmente, el fracaso no es un enemigo. Es un maestro discreto. Vacía el orgullo y abre un espacio donde Dios puede susurrarnos: “Sigue. Empieza de nuevo. Estoy contigo.”Así que si hoy sientes que has fallado, recuerda: no estás frente a un muro, sino ante un umbral. El fracaso no te detiene… te revela. Y quien se deja transformar por él, siempre termina volando.
Hoy quiero detenerme en una palabra que nos asusta: fracaso. Suele sonar a final, a pérdida… pero cuando la miramos despacio, como en esta infografía que propongo como imagen, descubrimos que dentro de ella se esconde un camino. El fracaso empieza con una caída, sí…, pero esa caída nos lleva a la humildad, ese lugar donde comienza la verdad. Después viene el reconocer, el comprender, y poco a poco el aprender. Y en ese avanzar, cada paso nos transforma. La imagen lo muestra con ternura: una pequeña figura que tropieza, se levanta, piensa, se ilumina… hasta que finalmente aparece una mariposa. La mariposa es símbolo de lo que el fracaso puede hacer: convertir lo roto en nuevo, lo oscuro en luz. Por eso, espiritualmente, el fracaso no es un enemigo. Es un maestro discreto. Vacía el orgullo y abre un espacio donde Dios puede susurrarnos: “Sigue. Empieza de nuevo. Estoy contigo.”Así que si hoy sientes que has fallado, recuerda: no estás frente a un muro, sino ante un umbral. El fracaso no te detiene… te revela. Y quien se deja transformar por él, siempre termina volando.

Comentarios
Publicar un comentario