La Carta de la Semana (29/6/2018): "SOMOS FAMILIA"

No surgimos como el moho, de la humedad; espontáneamente. Nacemos siempre en el seno de una familia. Cualquiera que sea su situación concreta, hemos surgido a la existencia siendo hijos de unos padres, que han sido a su vez hijos de otros padres. Hay un ambiente humano en el que recibimos la existencia. Esa es nuestra familia. Mientras que el temperamento lo heredamos por la vía genética, el carácter se configura, entre otros ámbitos, en el seno de nuestra familia. ¡Qué importancia tiene la familia para la configuración de la vida social!

Si lo miramos con realismo y con la serenidad adecuada, enseguidas entendemos que debe ser objeto de atención privilegiada de quienes tienen responsabilidad en la vida social. Es por eso por lo que la Iglesia habla tanto de la familia y genera una potente actividad pastoral en relación a la familia. Porque de familias fuertes surge sociedades fuertes. Y, a la inversa, surge también todo lo contrario. 

Se echa en falta una seria promoción social de la familia. No solo el reconocimiento público de su diversidad, termino tan de moda y tópico que parece que genera una sensibilidad elocuente en este momento. Más allá de la "diversidad" familiar, debemos promover la novedad del hecho familiar. Si nos preocupa lo humano, la dignidad de la persona, la defensa de la dignidad del ser humano, no debiéramos olvidar su ámbito natural y original. 

Cualquier conversación con cualquier profesional de la educación, a los cinco minutos surge la evidencia de que los problemas y dificultades de los muchachos tienen su causa en la familia. Si esto es tan evidente, quedarnos parados y no reclamar políticas que protejan y promuevan el bien de la familia, no es la mejor actitud. Promover la buena relación de pareja en el seno del amor humano que está llamado al matrimonio, la convivencia sana entre esposos y entre ellos y los hijos, la promoción de adecuadas políticas de vivienda y laborales, la promoción de la conciliación laboral y familiar, y un largo etc., serían mínimos que no deberían posponerse.

De hecho, en cualquier encuesta sociológica en la que se pregunte por la realidad social más valorada, siempre y en todas partes, la familia ocupa el primer lugar. Cuando todo falla, a la postre, queda la familia. 

De familias fuertes, sociedades sanas.

Juan Pedro Rivero González
@juanpedrorivero

Comentarios