La Carta de la Semana (22/12/2017): "LO QUE PRODUCE LA ALEGRÍA"


El objeto de la búsqueda más incisiva a lo largo de la historia de la humanidad es la alegría, ese estado de gozo que nos hace sentir bien y que se manifiesta en la sonrisa y el estado interior de satisfaccion hacia el que se tiende como el lugar que nos es propio. Huir de la tristeza es el movimiento paralelo que dibuja para todos que la alegría corresponde la nuestra identidad. Es una anhelo empírico. Todos lo reconocemos como verdadero. Porque todos buscamos la alegría.

Pero, ¿dónde está? ¿Cómo encontrarla? ¿Y cómo dar con ella de manera permanente? Estas son las cuestiones.

En algunos momentos podemos sospechar que la alegría la produce "algo"; una fiesta, una copa, un regalo, una suerte, una relación... Pero la alegría que esto genera es efímera; acaba al poco rato de acabar ese "algo" que la generó. Y si no estamos atentos y reconocemos que las cosas son cosas, podemos caer en la tentación de sentirnos frustrados. Porque la alegría que anhelamos no es la alegría efímera, sino aquella que es permanente.

No es malo hacer una indagación sociológica y pedir opinión a otros que, como cada uno de nosotros, busca la alegría. Y no son pocos los que afirman que la verdadera alegría deviene de la anulación del deseo. Si lo que nos frustra es sentir la insatisfacción de lo no cumplido, lo mejor es anular el deseo y, de esta manera, no sufrir. Es la búsqueda por la vía negativa. Es una alegría que podría traducirse como la ausencia de frustración, pero que no posee nada positivo, sino la ausencia de lo negativo. Sin embargo, mi corazón anhela la alegría con contenido positivamente afirmada, una alegría positiva y permanente.

¿Y dónde está? Para otros la alegría está en el futuro, en el gozo ultraterreno de una eternidad alegre posterior a esta vida pobre y triste, que recorre este valle de lágrimas que es la existencia humana. Una alegría posterior, después de lo actual; una alegría en el más allá. Pero mi corazón anhela la alegría ahora. Aquí la desea. Una alegría que, aunque tenga espacio en el futuro, se anticipe al presente en el que vivo.

Mi certeza va siendo conquistada por la consideración de que la alegría es "alguien", más que algo. Porque solo se puede amar adecuadamente a alguien. Amar y ser amado es la versión presente del amor más duradero entre nosotros. Por eso, donde hay amor, allí está la alegría. Donde me encuentro amado del todo, está la alegría más total.

En estas próximas fechas navideñas deseo poder hallar a alguien que me ame infinitamente. Y que me ame aquí y ahora.

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